Montar un concierto con ocho músicos en un grupo más una buena pila de invitados parece una tarea bastante difícil. Nada más lejos de la realidad. No es algo bastante difícil. Es algo extremadamente difícil. Y normalmente no por cuestiónes musicales, sino en aspectos organizativos.
En el aspecto musical, ya se sabía que se podía contar con toda la gente que estaba involucrada en el concierto de Tejedor con invitados para la celebración del día de Asturias 2009, el 8 de Septiembre. Cuando hablamos de gente como Duncan Chisholm, Nial Vallely, O+Hatz, Faltriqueira, Karan Casey y la banda de Gaitas de Lorient se puede uno despreocupar de la parte musical hasta cierto punto. Pero lo que pasa encima del escenario es a veces lo de menos. Si me pongo a contar entre horarios, equipo de sonido, furgonetas, viajes, ensayos, vuelos, hoteles, una grabación en audio y otra en vídeo (la TPA grabó el concierto con vistas a emitirlo en el futuro) la cosa se dispara. En estas ocasiones da gusto no ser el encargado de organizar el percal y de tener la sencilla misión de tocar.
La idea de los conciertos de este tipo siempre es que haya un poco de todo. Que todo el mundo tenga la oportunidad de participar y de dejar algo de su propia música en el escenario. Por eso, aunque el eje del concierto es el repertorio de Tejedor, hay siempre tiempo para hacer alguna pieza propia del repertorio de cada uno de los invitados. Me gusta este concepto. No se trata de "te traigo para que hagas mi música" sino más bien "vamos a hacer música juntos". Los que estamos acostumbrados a saquear impunemente el repertorio de otros músicos (para sesiones y demás) no valoramos esto demasiado, precisamente porque es normal para alguien como yo, pero es realmente un cambio importante, puede que para algunos de los músicos pero sobre todo para el público.
Y preparar todo esto necesita tiempo y ensayos. Y de eso no hubo mucho. Los invitados llegaron el día antes del concierto y casi sólo hubo tiempo de hacer los temas un par de veces. El fin de semana anterior al concierto habíamos dejado las bases de los temas claros con todos los miembros de la banda normal y el Lunes nos dedicamos a organizarlo todo musicalmente. Por la mañana metimos a una pequeña representación de la Banda de Gaitas de Lorient en el local de ensayos. Una gaita, una caja y cuatro bombardas en un local cerrado son una idea tremendamente mala, pero era necesario. Los músicos del Bagad An Orient incluso fueron capaces de prepararse sobre la marcha un tema que, debido a un fallo de comunicaciones, se había quedado en el tintero.
Después de la comida de ese día (sopa con garbanzos, pollo asado con patatas y brazo de gitano en el restaurante/chigre en al que habían llevado a cenar a Brad Pitt días antes. Buena comida casera) preparamos los temas con Karan Casey, Duncan Chisholm y Niall Vallely. A Chisholm le damos un buen susto al haber prearado la versión antigua del Gillies de Wolfstone, guitarreo incluido. Ignorantes que somos, no habíamos tenido la decencia de mirar cómo era la versión actual del grupo, menos cañeromacarrónicapero igual de memorable. En un momento de esos en los que se nota que el hombre está un poquito decepcionado pero que no quiere decir nada por miedo a echar por tierra el trabajo de los demás. Así todo, no hay problema y cambiamos la versión sin que él diga nada (de hecho, no se enteró hasta la prueba de sonido al día siguiente).
Hace 11 años o así, andaba yo por las calles de Londres con un walkman (si, con cassettes) escuchando temas cantados por Karan Casey en los primeros cds de Solas, justo a la vez que ponía mis manos sobre mi primer bouzouki. Ahora estaba en un local de ensayos acompañándola. Karan se gira al escuchar un dibujo que hago con el bouzouki entre estrofa y estrofa, me mira y dice "Lovely!"... A veces, es bonito mirar atrás y ver lo que se ha avanzado con el tiempo.
El día del concierto es largo. Las pruebas de sonido comienzan poco después de las 3 de la tarde y terminan casi a las 8 y nos sirven también un poco como pequeño ensayo general. Aprovechamos también para pasar por encima de alguno de los temas que hacemos con Faltriqueira y con O+Hatz. Como no es la primera vez que nos subimos a un escenario con ellos, las cosas van bien. En los momentos en los que no hace falta estar en el escenario se aprovecha para charlar con todos los que van viniendo, poniéndose al día de la vida de los demás.
Después, cena-espicha con todo el mundo y más cháchara, incluyendo a la segunda generación de Tejedor, que se pasean y juegan con globos.
A las 22 horas, concierto. Dos horas seguidas de música sin muchas presentaciones, porque si no no da tiempo a tocar todo el repertorio previsto. Los invitados se van sucediendo poco a poco y el poquito de tensión que hay en el arie debido a la magnitud de la historia se va en seguida. Niall Vallely toca como una locomotora, O+HATZ hacen un solo con tubos que es digno de ver, la Bagad cumple con creces y consiguen no dejarme sordo (tenía todas las bombardas justo al lado). Las cosas van bien y terminamos el concierto un par de minutos antes de que empiecen los fuegos artificiales.
Después, otro rato para charlar antes de irse a seguir con la fiesta. (Descubro que el que no haya leído los diarios de Brasil de la página de Faltriqueira se pierde cosas buenas, hablamos de la versión de la tonada Tengo de Subir al Puertu en el cd de Duncan Chisholm, de gaitas irlandesas en Braveheart (el mundillo folk nunca se recuperará de esto), de bodas, de bebes recién nacidos (el de Duncan) o que vendrán en Enero (el de Maite), unos se van corriendo porque la vida sigue y hay trabajos "normales" que hacer al día siguiente, otros seguimos la fiesta hasta tarde (o pronto, según la perspectiva).
Y no se nota el cansancio tremendo que se lleva encima hasta que no se acuesta uno. En serio.
Las fotos son un poco aleatorias, pero estaba más precupado de tocar decentemente ese día que de sacar fotos. Arriba, mis dos bouzoukis. En medio, Horacio en la prueba de sonido. Debajo, el preset del teclado. Buscaremos fotos mejores...
En el aspecto musical, ya se sabía que se podía contar con toda la gente que estaba involucrada en el concierto de Tejedor con invitados para la celebración del día de Asturias 2009, el 8 de Septiembre. Cuando hablamos de gente como Duncan Chisholm, Nial Vallely, O+Hatz, Faltriqueira, Karan Casey y la banda de Gaitas de Lorient se puede uno despreocupar de la parte musical hasta cierto punto. Pero lo que pasa encima del escenario es a veces lo de menos. Si me pongo a contar entre horarios, equipo de sonido, furgonetas, viajes, ensayos, vuelos, hoteles, una grabación en audio y otra en vídeo (la TPA grabó el concierto con vistas a emitirlo en el futuro) la cosa se dispara. En estas ocasiones da gusto no ser el encargado de organizar el percal y de tener la sencilla misión de tocar.
La idea de los conciertos de este tipo siempre es que haya un poco de todo. Que todo el mundo tenga la oportunidad de participar y de dejar algo de su propia música en el escenario. Por eso, aunque el eje del concierto es el repertorio de Tejedor, hay siempre tiempo para hacer alguna pieza propia del repertorio de cada uno de los invitados. Me gusta este concepto. No se trata de "te traigo para que hagas mi música" sino más bien "vamos a hacer música juntos". Los que estamos acostumbrados a saquear impunemente el repertorio de otros músicos (para sesiones y demás) no valoramos esto demasiado, precisamente porque es normal para alguien como yo, pero es realmente un cambio importante, puede que para algunos de los músicos pero sobre todo para el público.
Y preparar todo esto necesita tiempo y ensayos. Y de eso no hubo mucho. Los invitados llegaron el día antes del concierto y casi sólo hubo tiempo de hacer los temas un par de veces. El fin de semana anterior al concierto habíamos dejado las bases de los temas claros con todos los miembros de la banda normal y el Lunes nos dedicamos a organizarlo todo musicalmente. Por la mañana metimos a una pequeña representación de la Banda de Gaitas de Lorient en el local de ensayos. Una gaita, una caja y cuatro bombardas en un local cerrado son una idea tremendamente mala, pero era necesario. Los músicos del Bagad An Orient incluso fueron capaces de prepararse sobre la marcha un tema que, debido a un fallo de comunicaciones, se había quedado en el tintero.
Después de la comida de ese día (sopa con garbanzos, pollo asado con patatas y brazo de gitano en el restaurante/chigre en al que habían llevado a cenar a Brad Pitt días antes. Buena comida casera) preparamos los temas con Karan Casey, Duncan Chisholm y Niall Vallely. A Chisholm le damos un buen susto al haber prearado la versión antigua del Gillies de Wolfstone, guitarreo incluido. Ignorantes que somos, no habíamos tenido la decencia de mirar cómo era la versión actual del grupo, menos cañeromacarrónicapero igual de memorable. En un momento de esos en los que se nota que el hombre está un poquito decepcionado pero que no quiere decir nada por miedo a echar por tierra el trabajo de los demás. Así todo, no hay problema y cambiamos la versión sin que él diga nada (de hecho, no se enteró hasta la prueba de sonido al día siguiente).
Hace 11 años o así, andaba yo por las calles de Londres con un walkman (si, con cassettes) escuchando temas cantados por Karan Casey en los primeros cds de Solas, justo a la vez que ponía mis manos sobre mi primer bouzouki. Ahora estaba en un local de ensayos acompañándola. Karan se gira al escuchar un dibujo que hago con el bouzouki entre estrofa y estrofa, me mira y dice "Lovely!"... A veces, es bonito mirar atrás y ver lo que se ha avanzado con el tiempo.
El día del concierto es largo. Las pruebas de sonido comienzan poco después de las 3 de la tarde y terminan casi a las 8 y nos sirven también un poco como pequeño ensayo general. Aprovechamos también para pasar por encima de alguno de los temas que hacemos con Faltriqueira y con O+Hatz. Como no es la primera vez que nos subimos a un escenario con ellos, las cosas van bien. En los momentos en los que no hace falta estar en el escenario se aprovecha para charlar con todos los que van viniendo, poniéndose al día de la vida de los demás.
Después, cena-espicha con todo el mundo y más cháchara, incluyendo a la segunda generación de Tejedor, que se pasean y juegan con globos.
A las 22 horas, concierto. Dos horas seguidas de música sin muchas presentaciones, porque si no no da tiempo a tocar todo el repertorio previsto. Los invitados se van sucediendo poco a poco y el poquito de tensión que hay en el arie debido a la magnitud de la historia se va en seguida. Niall Vallely toca como una locomotora, O+HATZ hacen un solo con tubos que es digno de ver, la Bagad cumple con creces y consiguen no dejarme sordo (tenía todas las bombardas justo al lado). Las cosas van bien y terminamos el concierto un par de minutos antes de que empiecen los fuegos artificiales.
Después, otro rato para charlar antes de irse a seguir con la fiesta. (Descubro que el que no haya leído los diarios de Brasil de la página de Faltriqueira se pierde cosas buenas, hablamos de la versión de la tonada Tengo de Subir al Puertu en el cd de Duncan Chisholm, de gaitas irlandesas en Braveheart (el mundillo folk nunca se recuperará de esto), de bodas, de bebes recién nacidos (el de Duncan) o que vendrán en Enero (el de Maite), unos se van corriendo porque la vida sigue y hay trabajos "normales" que hacer al día siguiente, otros seguimos la fiesta hasta tarde (o pronto, según la perspectiva).
Y no se nota el cansancio tremendo que se lleva encima hasta que no se acuesta uno. En serio.
Las fotos son un poco aleatorias, pero estaba más precupado de tocar decentemente ese día que de sacar fotos. Arriba, mis dos bouzoukis. En medio, Horacio en la prueba de sonido. Debajo, el preset del teclado. Buscaremos fotos mejores...
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