domingo, agosto 13, 2006

Esos olvidados

Me refiero a la gente que monta y opera los escenarios y los equipos de sonido en los festivales / conciertos.

Y no estoy hablando del técnico de sonido que viene con un grupo, hace la prueba, hace el concierto y se va, más que nada porque a éste sí que se le reconoce su trabajo.

Hablo de las personas que llegan al lugar del concierto 7 u 8 horas antes que los músicos y se van otras tantas después. Los que tienen jornadas de trabajo a veces de 15 horas o más, para luego recoger e irse directamente a la del día siguiente. Los que llegan, montan el equipo, cablean el escenario 3 veces para hacer la prueba de sonido a tres grupos (por ejemplo) y luego otras tantas a la hora de los conciertos. Y cuando los músicos se van, a las tantas de la mañana, ellos aún tienen que desmontarlo todo y recoger. A veces no tienen tiempo ni para comer un bocadillo.

Lo cierto es que en Asturias (y en algunas otras partes de la Península) el nivel general del personal de las empresas de sonido es bastante bajo y es fácil enfadarse o trabajar malagusto cuando parece que el sonido esta echando abajo un concierto (y es que vagos y caraduras los hay en todos los sitios). Pero lo cierto es que cada vez se encuentra uno con más personas válidas y con ganas de hacer un buen trabajo. Y esa gente no se merece malas caras al primer contratiempo que surja.

Las palabras mágicas de toda la vida (por favor y gracias) funcionan aquí a las mil maravillas. Desde hace una temporada hago lo posible por acercarme a los técnicos de sonido al final del concierto y despedirme o dar las gracias. Es una pequeña forma de reconocer su trabajo. No vale mucho, pero cada vez me sorprende más el número de músicos que se olvidan de cosas tan básicas.
El público también tiene que empezar a ser un poco más tolerante. Un grupo que viaja sin técnico de sonido es responsable de que la calidad de su concierto no sea la mejor posible. No podemos esperar que el personal de sonido, más acostumbrados normalmente a conciertos de rock u orquestas, sepa cómo debe sonar todo. Otra cosa es decidir dónde está el límite de lo aceptable, pues a veces es cierto que algunos conciertos se van al garete gracias a supuestos tecnicos de sonido y/o monitores.

Es importante que vayamos intentando olvidar los viejos tópicos como "Buen sonido = buenos músicos, mal sonido = malos técnicos", que nos vayamos dando cuenta de que es un esfuerzo conjunto. Y hay que reconocer el esfuerzo de todas las partes implicadas, no sólo de los músicos.

No hay comentarios: