O eso parece, viendo la basura de trabajo que hicieron en la retransmisión del Homenaje a Tomás de la Güeria.
Y sé de que hablo, habiendo participado en la grabación del programa con los hermanos Tejedor . La ocasión fue muy interesante, con un montón de acordeonistas acompañados de otros músicos reinterpretando el repertorio de Tomás y con un homenaje compartido con la familia. Todo muy bonito, grabado por la TPA para emitirlo en un programa especial. El programa se emitió el domingo y podéis verlo a través de Youtube.
El contraste entre lo que pasó en directo allí y el programa emitido no puede ser mayor. Normalmente me gusta ser positivo, pero a veces es imposible. El producto que emitió la TPA es poco menos que una basura.
Y no soy yo sólo el que opina eso. Hablando con Xosé Ambás, presentador y alma mater del asunto, éste se mostró realmente disgustado con el resultado de la emisión, más aún después de ver lo bien que transcurrieron las cosas el día del homenaje. De hecho, él habló conmigo y con varios de los músicos que participaron para disculparse, a pesar de que no fue asunto suyo. Pero permitidme que me explique.
Uno ya no sabe casi por donde empezar. No me voy a meter con la calidad de imagen, me comentan que no es la mejor que podían ofrecer, pero reconozco que no entiendo lo suficiente del tema como para criticarlo. La calidad de sonido fue bastante mala, en ocasiones quedándose bastante por debajo de la línea de lo pasable. Pero tampoco eso me parece demasiado mal. Al fin y al cabo estamos hablando de un evento con un montón de músicos distintos desfilando por el mismo escenario y utilizando las mismas líneas. Aunque no debiera de ser así, es esperable que haya errores y problemas. Recordemos que en la televisión normalmente no se hace música en directo por esa razón. Es difícil obtener resultados óptimos.
Lo que es inexcusable es lo que pasó con la postproducción. En una ocasión podemos ver a Ambás esperando claramente a que le den la entrada desde realización. Eso sería comprensible y esperable en directo, pero en un programa en diferido es un error inexcusable, algo que se arregla con solo cortar un pedacito de metraje. Cortar algo así lleva probablemente un par de minutos, pero parece que para la persona encargada de la postproducción fue demasiado trabajo.
Por supuesto, eso no pasa sólo una vez. Y la segunda es mucho peor. En un momento de la grabación hubo un problema técnico con el micrófono de Ambás y hubo que cortar. En vez de editar y cortar ese metraje... ¡¡lo emitieron entero!! Es estúpido, nada profesional y deja a la persona encargada a la altura del betún. Pero para qué vamos a terminar aquí. Cuando finalmente se corta la grabación tenemos 30 segundos de pantalla en negro (totalmente innecesarios) y se inserta un monólogo de cinco minutos, claramente grabado en otro sitio (y que encima tenía bastante poca gracia, pero ese no es el tema). De esta forma, en los sitios en los que podían pensar que el programa era en directo (y con las enormes pifias de montaje, parecía un directo) probablemente pensaron que habían cortado la emisión por completo. Y buena parte de esa gente habrá cambiado de canal, perdiéndose la última parte del homenaje.
Y ya no vamos a hablar de la rotulación, que no fue nada consistente. En algunas actuaciones se acreditó a los músicos bien, en otras se acredita a los grupos de los que proceden (es curioso ver a tres músicos acreditados como "Herbamora y La Curuxa", cuando entre los dos grupos harían unos 14 músicos). ¿Costaba mucho poner "miembros de..."?. Y por supuesto, los nombres de los temas tampoco estaban bien. Pero a estas alturas ya no esperamos nada...
Todo esto duele. Duele mucho. Duele porque hubo una persona, Xosé Ambás, que trabajó mucho para que el homenaje saliera bien, y lo hizo de manera totalmente desinteresada. Duele porque el todos los músicos trabajamos preparando temas también pensando que íbamos a participar desinteresadamente, y se nos abrieron los ojos al enterarnos de que nos iban a pagar algo Duele porque hay una persona que se tomó la molestia de capturar y colgar internet el programa. Duele porque salió tremendamente bien a ojos y oídos del público y lo que ven en la televisión es mucho peor de lo que vieron en directo. Duele porque la familia de Tomás quedó encantada ese día y lo que podía ser un recuerdo precioso se queda en un recuerdo a medias... Duele porque esto puede ser otro argumento que demuestra que la música asturiana no interesa a los mandamases de la TPA, en contra de lo que el pueblo demuestra al llenar la sala o al convertir Camín de Cantares en un éxito de audiencia.
Pero duele más porque demuestra que hay personas que una vez que tienen un puesto fijo se acomodan y les importa tres pepinos el esfuerzo de los demás. Y esto es lo que debería de erradicarse de Asturias. Las rémoras humanas. Esto tiene un responsable que debería de ser, como mínimo, advertido. Si yo actúo mal en mi trabajo normal, dando clases de inglés, me juego mi puesto de trabajo. Si, por ejemplo, aconsejo mal a mis alumnos simplemente por no molestarme en coger un diccionario para comprobar cosas, es muy posible que me vea en la calle. Si Ambás, que trabaja como enfermero, no comprueba qué medicina tiene que tomar cada paciente puede administrarlas mal y potencialmente cargarse a alguien. Si vamos a un supermercado y nos venden huevos podridos, volvemos y exigimos que nos devuelvan el dinero o que nos den unos en buen estado. Aquí hubo un sujeto (o varios) que posiblemente se cargó los buenos recuerdos de la familia de Tomás de la Güeria, o al menos consiguió que el recuerdo fuese significativamente de menor calidad. Y eso no se debe perdonar. ¿Quién va a exigirle responsabilidades?