sábado, septiembre 22, 2007

CDs: Hevia - Obsession

2007. EMI. 12 temas, 51 minutos.

No cabe duda de que Hevia ha marcado un antes y un después en la forma en la que el público general ve la música asturiana. Gracias a él son muchas las personas las que se han acercado a la música tradicional y para las que una gaita es ya un instrumento más en vez de una mera anécdota folklórica. Dejando juicios de valor propios de los gustos de cada uno, no se puede negar que en sus anteriores trabajos anteriores hay momentos de gran calidad que han pasado ya a formar parte de la historia de la música asturiana.

Sin embargo, esta Obsession de Hevia va por otro camino. Detrás de una portada que une lo original con lo friki (muy acorde con el espíritu de esta página), nos encontramos en esta ocasión ante un Hevia totalmente cambiado. Sinceramente, exceptuando los sonidos característicos de la gaita multitímbrica, este trabajo bien parece firmado por una persona totalmente diferente a los anteriores. Y no precisamente por un músico mejor.

En declaraciones a la prensa, Hevia ha comentado que este es un trabajo que fusiona su música con estilos como el chillout. Sin embargo, escuchando el cd la primera conclusión salta a la vista: No es folk. Tampoco es chillout ni de lejos (sin tiempos bajos ni ambientes, Obsession relaja más bien poco). El concepto no está claro, o directamente no existe. Apenas hay melodía (la base del folk) y hay momentos realmente confusos.

Otro tema aparte son los sonidos. Gran parte del disco (la parte más electrónica) ha sido grabado en casa del gaitero y parece que esto se nota en la elección de los sonidos actuales de la parte electrónica, que en varios momentos no parecen de la calidad que se debería de esperar de un artista del renombre de Hevia. Muchos de los samples que se usan para la gaita midi no tienen ninguna ventaja sobre el sonido normal de gaita, especialmente el sonido de acordeón en Vueltes (un tema que en momentos parece sacado de la banda sonora de juegos de ordenador estilo Final Fantasy) y sobre todo el saxo de Keltic Brass (igual de flojo que el nombre del tema). Y Myspace está plagado de aficionados a la música electrónica que utilizan loops de percusión de más calidad que los presentes en este disco, basta escuchar el inicio de Los Mártires de Rales para comprobarlo.

En algunos casos, la parte acústica tampoco es lo que se debería esperar. No hay queja alguna en la ejecución (sería estúpido negar la calidad de Hevia como intérprete), pero algunas de las gaitas (normales, no midi) y la totalidad de las flautas son bastante flojas en cuanto a calidad de sonido. En algunos casos bastante saturadas, en otros da la impresión de que han sido grabadas en una habitación pequeña y sin insonoizar.

Por supuesto, Obsession tiene sus momentos buenos. La mayoría de los arreglos de cuerda de Ramón Prada son excelentes y afortunadamente la orquesta interviene en muchos de los temas del disco. El tema más interesante del trabajo es probablemente Carrandi, con la intervención bastante acertada de Faltriqueira, que en cierta forma compensa el relativo caos melódico de muchos de los otros temas.

Por el otro lado tenemos la intervención del Coro Minero de Turón en Albandi, desaprovechando la gran capacidad del coro. Movilizar al coro para hacerles tararear una melodía parece un gran desperdicio. También colabora en el disco la violinista de Cuenca Judith. A pesar de haber realizado parte de sus estudios en Irlanda, el estilo de esta chica no tiene nada que ver con la música irlandesa en contraposición a lo que comenta Hevia en entrevistas. Hecho comprobable a través de Youtube.

El trabajo termina con el tema Lluz de Domingu, que ciertamente encaja como el tema de banda sonora que es, aunque perfectamente podría usarse en uno de los actuales anuncios del Principado de Asturias.

Una de las mayores verdades de la vida moderna es que mucho poder conlleva mucha responsabilidad. Con Obsession Hevia no cumple las espectativas que creó con sus anteriores trabajos. Cuestiones de gusto aparte, parece poco discutible que el disco es un paso atrás en la carrera del gaitero, que si bien no tiene que demostrar nada ya a estas alturas, sí que tiene una responsabilidad como referente de la música de Asturias y como poseedor del talento que le llevó a hacer sus tres anteriores cds.

Desgraciadamente, si no se escucha este trabajo no se pierde nada, excepto quizá una buena desilusión (de la que ya hemos sido víctimas unos cuantos).

7 comentarios:

Alberto Ablanedo dijo...

No estoy particularmente orgulloso de hacer una crítica negativa, normalmente prefiero no hacer mención de lo que no me gusta y concentrarme en lo mucho positivo que hay.

Sin embargo, en estas tierras nos estamos empezando a acostumbrar a que todo son flores y no hay crítica objetiva. Ya va siendo hora de decir las cosas como son.

Anónimo dijo...

Pues Alberto creo qu'acertasti nel comentariu sobre'l discu. Ye un discu que nun se sabe qué ye lo que busca. Y tate tranquilu, les crítiques, anque nun seyan positives, si se faen col estilu col que la ficisti nun pueden mancar a naide.

Anónimo dijo...

Vaya,donde quedó la película de Ratatouille..:p

Alberto Ablanedo dijo...

A veces hay que hacer lo que hay que hacer.

Anónimo dijo...

realmente a mi no e ha gustado nada el disco..es un quiero y no puedo

ays!! si martyn bennett levantase la cabeza...

Anónimo dijo...

Personalmente daría una nota de flojillo, tampoco sé qué pretende con este trabajo, más bien dice poco a mi modo de ver.

Salud!os

Anónimo dijo...

El disco me ha gustado, aunque te doy toda la razón en lo que comentas. Quizás el principal problema es que sea un disco de Hevia...

Pero, por ejemplo, diría que me gustó mas esa versión de la "danza del trillo" de Trasgu... y mira que ya tiene unos años!