miércoles, octubre 10, 2007

Archivos de música tradicional y libre acceso.

Estos días acaba de salir el octavo cd de la colección Fontes Sonores de la Música Tradicional Asturiana, del Muséu del Pueblu d'Asturies. El cd tiene 32 temas cantados del repertorio vocal de Celestina ca Sanchu d'Ambás, que es la abuela de Xosé Ambás, de sobra conocido por todos y que también aparece en el cd en algunos temas.

La publicación de series como esta me hace pensar en que afortunadamente está cambiando la situación que hasta no hace mucho vivíamos en Asturias, donde cada grupo etnográfico, investigador o mismamente grupos folk se guardaban sus fuentes y su trabajo de campo para su propio uso y disfrute, sin hacer partícipe al resto del mundo hasta que llegara el momento de sacar a la luz su propia versión.

No es nada difícil darse cuenta de que nadie puede vivir de la investigación etnográfica y que todos los que se dedican a eso lo hacen por vocación. Vocación porque la cultura tradicional no perezca con una generación de personas que se hace cada día más anciana. Vocación por recuperar aspectos de la cultura que son parte de la identidad propia de la zona.

Habiendo dinero de por medio podríamos llegar a entender (muy de lejos, pero al menos podríamos) ese secretismo que reinaba no hace mucho. Siendo la realidad como es, sin dinero el secretismo no tiene ningún tipo de excusa.

Afortunadamente con manifestaciones culturales como estos discos, los de otros colectivos como L'Andecha Folclor d'Uviéu, Xana, Principáu o Muyeres (por citar algunos), Camín de Cantares y símplemente el trabajo de reelaboración de muchos grupos de música, el secretismo está pasando a la historia. Hay que quitarse el sombrero ante esta gente.

Hace unos años pasó por Asturias Judith Cohen, una representante de la Fundación Alan Lomax, que publica periódicamente grabaciones de campo del propio Alan Lomax realizadas en diversos sitios. Habiéndo publicado un cd con grabaciones hechas en Asturias, uno de los motivos de su visita era intentar contactar con los descendientes de los informantes que aparecían en el cd y hacerles entrega de los royalties correspondientes a las ventas del mismo. Y después de Asturias, Judith Cohen se dedicó a visitar otras zonas cercanas con el mismo objetivo. La cantidad pagada no era muy significativa, como es lógico, pero simplemente el hecho de ver las cosas bien llevadas a cabo da gusto. Probablemente aún nos quede mucho por recorrer para llegar a ese nivel (o para que simplemente las grabaciones produzcan derechos de autor palpables), pero no deja de ser un buen objetivo.

Y se le ocurre a uno que dentro de todos esos presupuestos millonarios de las Consejerías de Cultura era bien fácil sacar un poco de dinero y pagar a una persona por región o comunidad autónoma para que se dedicara a investigar, recopilar, archivar y difundir materiales de este tipo. No parece muy descabellado y culturalmente produciría más que muchas fiestas. Pero claro, como no se ven los resultados a corto plazo...

La cultura es del pueblo y es el pueblo en general el que tiene que conservarla, no las neveras o los minidisks.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La verdad que toda manifestación de la cultura tradicional de cada lugar es enriquecedora a la par que bonita. Comenzaré estudios de Gestión Cultural, precisamente, en vuestra universidad (Oviedo), no se qué me voy a encontrar pero al menos se que vengo del folk e intentaré tirar por ese camino. Se tiene que intentar al menos.
Ojalá y todo vaya bien para todos.
Enhorabuena a todos los que ayudáis que la tradición no muera con el tiempo.