Se reproducen debajo varias columnas aparecidas en periódicos y webs sobre el accidente del pasado Sábado. El primer texto viene de la página de Myspace de DRD, los otros vienen del diario La Nueva España. Folkenlared.com está a disposición de todos aquellos amigos o conocidos de los músicos fallecidos como vehiculo de comunicación a traves de los comentarios o escribiendo a folkenlared@gmail.com
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DOLFU R. FERNANDEZ
Violinista de DRD y La Bandina'l Tombo
(Traducido y adaptado del Asturiano)
El grupu DRD se queda sin padres. Asturias entera queda huérfana.
Nunca olvidaré ese momento en el que os ibais de ese prado de Corvera que no sé si podré volver a pisar. Esas caras de rabia por no poder hacer vuestro trabajo como tiene que ser y de pena por ver que hay gente que no entiende lo importante que es tener unas condiciones de trabajo adecuadas. Ese fan indignado al ver que no puede tocar su grupo preferido al que le dices: "Tranquilo, hombre. Yá habrá otro día para verlos en un sitio mejor que este". Ese saludo, esa despedida....
Carlos Redondo e Igor Medio, Carlinos y Figor, sois los padres de este grupo (DRD). Y digo sois porque vais a serlo siempre. Aprendimos mucho de vosotros. Lo que está en los libros y lo que no está. Gracias a vosotros sabemos lo que hay que hacer y cómo hacerlo.
Asturias era rica teniéndoos y, como en este mundo pierde el que tiene, por desgracia ahora somos pobres. Ya no os tenemos, aunque una parte vuestra se quedará con nosotros para siempre.
“El presente queda atrás,
“El presente queda atrás,
presu del atapecer.
Pasen sieglos nun momentu,
y oigo, como nun llamentu,
la voz de la soledá.”
Ahora nosotros también sentimos esa voz.
Adios amigos, adios.
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JOSÉ ÁNGEL HEVIA VELASCO
Necesito un periódico. No puedo leer nada sobre vosotros. También estoy en la maldita carretera. Hoy los kilómetros pesan mucho más. Hoy llego a casa y siento que no llegué. Desde ayer muchas voces me han contado algo a través del teléfono; cuántos estáis, cuántos ya no estáis. Por fin hoy os encuentro a alguno. Vuestra voz me suena como debe de sonar a sus compañeros la de un minero al que la brigada de rescate ha conseguido sacar al exterior.
Cuatro mil vidas al año en las carreteras. Está claro que, si no nos toca a nosotros, alguna de ellas sí ha de tocar muy cerca. Y ahora sí os vemos en los telediarios. Quince años de ensayos, disciplina, trabajo, conciertos, ilusiones y desespero. Quince años, en definitiva, de amor a una profesión, la música y a una patria, Asturies. Quince años de vida de un grupo de música asturiana son quince milagros que se deben a sus componentes.
Y en ese tiempo ¿cuántos telediarios se acordaron de vosotros? ¿Cuántas veces decidisteis seguir adelante a pesar de esos largos inviernos de sacrificio, esos pocos conciertos de verano arrancados a golpe de ensayo y esperanza? Cuántas veces creísteis que una gira de un grupo asturiano en Australia sería una noticia relevante para un telediario y cuántas os tropezasteis con la eterna y cruel indiferencia contra la que todo músico lucha y a la que todo músico teme.
Y ahora, esos años de ensayos, disciplina, trabajo, conciertos, ilusiones y desespero, batidos como un cóctel con siete vueltas de campana en la carretera, son por fin noticia de telediario. Ayer, sin que tampoco fuera noticia, muchos de vuestros compañeros estábamos en la carretera. En esas rectas del secano castellano, en esos montes de olivares andaluces y en las autopistas norteamericanas sonaban los teléfonos móviles y el corazón de unos cuantos músicos asturianos daba siete vueltas de campana. Vosotros, Felpeyu, Ígor y Carlos, como pasa con esos compañeros músicos que se «quedaron pegados» a un cable en un escenario o los que también dejaron su vida en la carretera, vais a viajar muchas más veces con todos nosotros. Porque lo de ayer, es una tragedia para todos y un dolor que quisiéramos de algún modo compartir con vuestras familias; pero, no nos olvidemos, se trata de un accidente laboral. La profesión que debiera ser noticia por sí misma lo es hoy por el dolor y espera de todos los asturianos una mirada de respeto.
Y vosotros, «Felpeyu», Xuan Nel, Diego, Lisardo, Fernando, Ruma y Slaven seguiréis; porque tenéis que seguir; porque la carretera, las condiciones laborales, la desesperanza, matarán a algunos de nosotros pero nada ni nadie matará a la música.
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LUIS MIGUEL PIÑERA
Alguna vez lo dije, lo escribí y lo mantengo: Gijón produce mucho talento por metro cuadrado. Acaban de morir Ígor Medio y Carlos Redondo dos músicos gijoneses que eran ejemplo de ello y que en «Felpeyu» expandían su lucidez musical desde Gijón hasta Australia; hasta Asturalia (Asturias + Australia) dirían «Dixebra». Quede para los expertos musicales analizar la obra folclórica de «Felpeyu» y la pionera de «Los Locos». Para los demás nos queda eso, la seguridad de que como siempre se van los mejores y nos queda seguir escuchando aquellos antiguos vinilos de «Los Locos» editados por El Cohete y los recientes cedés de «Felpeyu». Carlos Redondo hizo historia local con «Los Locos» -antes había tocado con un grupo llamado «091»- desde comienzos de la década de 1980 junto a sus compañeros Paco Martínez, desde entonces Paco «Loco», y el batería Jaime Belaústegui.
Recordar a dos músicos que se mueren es, en este caso, recordar a dos cabezas muy bien amuebladas. Ígor Medio, además de un músico de reconocido prestigio, era un dibujante (un comiquero) muy notable y, desde luego, los veranos de LA NUEVA ESPAÑA nunca serán los mismos sin poder leer las peripecias de la familia Castañón. En definitiva lo que Ígor Medio hizo en su vida fue seguir los pasos vanguardistas de sus padres, Luis Medio y Sonia Tuya, iniciadores desde la Sociedad Cultural Natahoyo de aquellos domingos en rojo conocidos como el «Día de la Cultura» y que se celebraron en la Carbayera del Tragamón desde 1972, el mismo año en que nació Ígor, hasta 1984.
Eso es todo lo que se me ocurre ante el desasosiego. Sólo pedir que la línea de cultura popular marcada desde el rock por el «huracán de Montiana» y desde el folk por Ígor sea una semirrecta. Con principio, pero sin fin.
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MIKI LÓPEZ
Fotógrafo de La Nueva España y flautista del grupo N'Arba
La noche más corta será la noche más triste. San Xuan nunca volverá a ser lo mismo para nosotros. Todos los instrumentos quedarán mudos, no habrá acoples en monitores, ni roturas de cuerdas, ni escenarios. Habremos perdido la magia que nos enseñasteis a hacer flotar en el aire, en forma de música. De nuestra música. Maldeciremos esa noche que nos hacía felices como músicos y espectadores y el fuego nunca más podrá reconfortarnos como lo hizo hasta ayer.
Todos sentirán la muerte de dos grandes músicos pero nosotros jamás podremos superar la perdida de dos compañeros, amigos, hermanos y maestros. No seremos capaces de encontrar vuestra sonrisa entre el barullo de la gente, nunca más habrá bromas, ni abrazos, ni risas. Bajaremos de un escenario vacío y sólo podremos mirarnos y recordaros.
Y el tiempo no curará esta herida, jamás dejará de dolernos vuestra ausencia por mucho que podamos sobreponernos a un golpe como éste. Ese mismo tiempo os hará cada día más grandes y a nosotros más pequeños al darnos cuenta de todas las melodías que ayer perdimos en un accidente de tráfico.
Pero de alguna manera sabemos que seréis capaces de seguir vivos dentro de nuestros instrumentos y en el alma de todos los que amamos la música asturiana. Será difícil igualaros como músicos, será difícil volver a subir a un escenario y no volver a escuchar vuestra voz ni sentir esas cuerdas brillantes en un riff inigualable.
A Ruma, Expósito, a Fernando, a Diego y a nuestros Lisardo y Slaven y a vuestras familias sólo os podemos enviar el abrazo del que sabe que será imposible consolaros, pero que quiere estar ahí para que, al menos, no os sintáis solos. Nunca pude imaginar que escuchar un disco de «Felpeyu» pudiera doler tanto.
Hasta siempre compañeros.
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CARLOS NÚÑEZ
Toda la comunidad de músicos y seguidores de la música asturiana nos acabamos de enterar del dramático accidente sufrido por nuestros amigos y compañeros del grupo «Felpeyu».
Tras las llamadas a los familiares y amigos nos invade una sensación de impotencia y tristeza. Xuan Nel Expósito, Diego Pangua, Lisardo Prieto, Fernando Oyagüe y Ruma Barbero salieron de este accidente de tráfico, pero Ígor Medio y Carlos Redondo ya no podrán seguir tocando.
Ígor y Carlos ya pertenecen a esa larga lista de músicos que han dejado la vida en la carretera en accidente laboral.
Uno de sus compañeros de grupo, Xuan Nel, antes de ser intervenido nos ha confirmado por teléfono lo que todos temíamos: «¡... dichosos conciertos cutres a las cinco de la madrugada! ... Al final ayer nos negamos a tocar a esas horas porque teníamos que conducir desde Asturias hasta Calaf (Cataluña) sin haber dormido para tocar ese mismo día».
Es evidente que los demás nada podemos hacer, salvo transmitirles todo nuestro cariño y solidaridad, pero me gustaría reflexionar con vosotros sobre la dura y arriesgada vida de los músicos. Tras el premio de los aplausos sobre el escenario se esconde una realidad de sacrificio y disciplina, de superación del agotamiento y del riesgo laboral, no sólo por las precarias y peligrosas condiciones de los sistemas eléctricos y los escenarios, sino también porque nos jugamos la vida diariamente en la carretera, en unas «jornadas laborales» que pueden llegar a ser fatalmente eternas.
No nos olvidemos de que los músicos, aparte de artistas, somos trabajadores y de que una cosa son los excesos de las estrellas de rock y otra el reclamar unas condiciones mínimas de seguridad en el trabajo.
Queridos compañeros Diego, Xuan Nel, Lisardo, Fernando y Ruma, mucho ánimo en vuestra recuperación. Y a vosotros, Ígor y Carlos, si existe un Paraíso, ojalá toquemos todos juntos en él.
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